lunes, 28 de febrero de 2011

Cisne Negro, perfecta obsesión

“¿Te la follarías?” Esa es la pregunta que realiza el coreógrafo Thomas Leroy (Vincent Cassel) al compañero de baile de la bella solista principal durante uno de los primeros ensayos de la nueva versión del Lago de los cisnes que prepara. La respuesta es un NO.

Y es que Nina (Natalie Portman) tiene el handicap de su alto grado de auto-presión e inseguridad junto la que ejerce su entorno cercano, lo que la conduce a una obsesión enfermiza por alcanzar la perfección. Posee una técnica exquisita pero carece de una válvula de escape emocional. Su aspecto (y seguramente su estado) virginal y delicado la hacen idónea para encarnar un digno cisne blanco. Transmite la sensación de pureza y fragilidad de una forma brillante.


Pero ser la solista que reemplaza a la estrella de la compañía (Winona Ryder) conlleva representar la otra cara de la moneda: el cisne negro. Los movimientos son los correctos y Nina los ejecuta de forma fría y frígida. La sensualidad y seducción que debe derrochar el personaje brillan por su ausencia (aunque el personaje de Cassel intuya que están ahí) porque Nina es incapaz de soltarse la melena y evocar esas sensaciones con sus pasos. Tiene tanto control que en realidad es una reprimida emocional y sexual. Y en la búsqueda de la perfección de nuestra protagonista, este escollo le pasará factura porque la obsesión se convierte en paranoia. Sobre todo cuando entra en escena Lily, su némesis en forma de nueva compañera (Mila Kunis) que sí se ajusta a lo que exige el director para un cisne negro.


El ballet es una de esas profesiones de alto sacrificio personal para una corta vida profesional. Triunfar como bailarín/a es difícil porque se exige brillantez y genialidad. Y el proceso para buscar y encontrar ambos no es un camino de rosas. Darren Aronofsky mira a este particular mundo para presentarnos una interesante propuesta cinematográfica que entremezcla el drama, el suspense, el thriller psicológico y hasta juega con el terror.

La película de Aronofsky nos narra el particular progresión esquizoide de una solitaria bailarina que está sobreprotegida por su madre, que admira a su desencantada antecesora, que se siente atraída por su coreógrafo y que está fascinada y celosa por el encanto de su única amiga/rival. Esa cuatro relaciones son los cuatro pilares en los que se basa la personalidad del personaje interpretado de forma brillante y perfecta por Natalie Portman. Su Oscar es más que merecido porque realiza un tour de force antológico. En las distintas situaciones que se le presentan te la crees al 100%. La llamada desde el baño es una muestra de emoción y dulzura. Tras su charla en el despacho de Thomas sientes la decepción de Nina. En los ensayos la ansiedad se palpa. Y el último cuarto de hora es tensión y delirio constante.

"¡Espléndida!"

Otro acierto es el castings de secundarios. Vincent Cassel es un tipo que ya de por si cae en gracia ya haga pantomimas como Oceans Twelve o peliculones como El Odio. Y eso que el 99% de los hombres deberíamos odiarle por estar casado con Monica Bellucci. Lo que sé es que clava su papel de manipulador, seductor, estirado y tirano coreógrafo.

"Deberes para hoy: Cómprate un Dildo y úsalo ."

Barbara Hershey es la controladora madre que mira con entusiasmo el ascenso profesional de su hija pero que sabe o intuye los problemas psicológicos por los que atraviesa, bulimia incluida, e intenta pararla los pies. Su mirada llena de lágrimas tras la representación dice más que mil palabras.

Mila Kunis hace el papel de la guapa y salvaje Lily (una mujer con dos alas tatuadas en la espalda que mientras cena se toma MDMA) siendo el catalizador de todos los temores de Nina, pero también es la que le descubre nuevas experiencias. Yo la hubiera nominado al Oscar porque casi roba la película a Portman. Para mi es el descubrimiento del film. Y Winona Rayder es Beth, un papel corto pero necesario como la estrella desplazada por las nuevas generaciones. Da el toque de terror al film.

"¡Diosa!"

La puesta en escena es sensacional y habrá imágenes que se quedarán para la historia del cine por lo poderosas e hipnóticas que son especialmente toda la parte final y la “transformación” con plumas incluidas. La atmósfera de tensión y mal rollo está presente a lo largo y ancho de todo el film y algún momento gore (tijeras, uñas, padrastros, limas) da un yu-yu de tapar los ojos. El ambiente malsano va in-crescendo según la locura de la protagonista avanza. Para dar un final elevado al cubo con la música de Tchaikovsky. Quizás me esperaba más de Clint Mansell en la banda sonora.



Es una muy buena película que recomiendo ver pero personalmente me falla el final del personaje de Nina. Que aparte de ser obvio, sencillamente no me lo creo por la forma de darse. Demasiados paralelismos con la tragedia de la propia obra que representa y sobre todo es un final casi calcado al anterior film del director, “El Luchador” (el proyecto original unía el wrestling con el ballet). Además resulta poco creíble. Hubiera preferido otra fórmula en la que quizá se perdiera espectacularidad para el espectador pero se hubiera ganado mayor realismo.

P.D 1: Soy de los que les gustó a rabiar La fuente de la vida
P.D 2: Sketch del SNL con Jim Carrey


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