El cuartucho de Serch: 2009

Fue el domingo pasado cuando servidor se volvió a reconciliar con Goa. Fue tan espectacular y la disfruté tanto que de hecho dudo mucho que vuelva a otra para que no se me quite el buen sabor de boca. Pero vayamos por partes.

Supongo que la gran mayoría sabe que es una Goa, para aquellos que no lo sepan se trata de unas fiestas matinales que se celebran un domingo al mes desde hace 14 años donde se pone el house mas underground, aunque desde hace tiempo también abarca minimal incluso vertientes suaves del techno. Hace 4 o 5 años estas fiestas se llevan haciendo en la sala Fabrik, recinto grande y amplísimo donde se junta todo tipo de gente con todo tipo de gustos y de lo mas variopinta. Es la democratización del clubbing por excelencia. Se ha puesto de moda y todo el mundo quiere ir a una goa con el consiguiente problema de la masificación. Cada uno tiene sus razones para asistir a estos eventos. Unos por la fiesta en si, otros por ponerse hasta el culo, hay gente que va para presumir al dia siguiente en el parque mientras se fuma porros con los colegas, algunas para aparentar, hay gente que va simplemente porque es la Goa, no escuchan apenas electrónica ni salen por garitos de electrónica pero da igual van a la Goa porque si. De hecho actualmente un alto porcentaje que se deja una pasta en la entrada (no es nada barata) ni siquiera se interesan por los artistas que pinchan, ni los horarios. Un ejemplo de todo esto que digo es este interesantísimo reportaje de noctamina que refleja perfectamente lo que acabo de escribir.

Todo esto que comento ya lo sufrí en mis carnes en abril de hace un año donde apenas podía pisar ninguna de las 3 salas del recinto del agobio de tanta gente, sin apenas espacio para bailar. Me sentí estafado y tomé la decisión de dejar de ir. Por un compromiso volví a pisar una goa en Noviembre (la del 14º aniversario) temiendome lo peor, pero no me lo pasé nada mal y estuve a gusto. Así que me animé a repetir para la de carnaval y puede decirse que fue un auténtico infierno (si estabas consciente claro) estar en la main room. El aforo era escandalosamente sobrepasado. Salí una hora antes del cierre maldiciendo a todo, jurando y perjurando que no volvería a pisar ninguna otra.

"La masificación me quitó la sonrisa"

Llegó este mes de abril y para mi sorpresa la programación incluía Showcase del sello Kompakt y de Made to Play. Nombres como Michael Mayer, Superpitcher, Maxime Dangles, Claude Vonstroke, Heidi etc. El precio de la entrada subió a 35 euros y habiendo ese mismo fin de semana el festival Klubbers Day pensé que sería una perfecta ocasión de disfrutar de una Goa en condiciones: precio de entrada caro, un cartel de primera fila y un festival multitudinario sería mas que suficiente para alejar a tod@s que van a estas cosas “por moda” (por lo menos dentro del garito porque el parking es otra historia).

"Claudio para los amigos"

Y aquí es donde comienza mi crónica y mi reconciliación. Llegamos pronto sobre las 12:30- 13:00 del mediodía para coger sitio en el parking principal, el de toda la vida. Pero sorpresa mía estaba vacío, un empleado del recinto nos dice que no se puede aparcar en él si vamos a hacer botellón, pero que en el que está detrás podemos dejarlo sin problemas si vamos a beber. Nunca había dejado el coche en ese parking pero es una gran explanada y ya se concentraba mucha gente. No solo en el parking sino por todo el polígono industrial de Moraleja de Enmedio.

Atasco en el poligono

Tras reunirnos con toda la gente y saludar a conocid@s que em iba encontrando mientras tomábamos las primeras copas al Sol, hay que destacar que mucha gente solo iba al parking y de ahí a su casa. Por lo menos un 40% de la gente que allí concurría no iba a entrar. Y yo me frotaba las manos por ello. Decidimos entrar sobre las 4 para ver a Heidi en la Cristal room. Entramos sin esperar ningún tipo de cola (vamos igualito que en abril, noviembre y febrero) y fuimos derechos al ver el Showcase de Made to play.

Pero a quien nos encontramos no era una fémina en cabina, sino a Oliver Dollar. Tenía claro que quería ver a Claude Vonstroke y que era el que cerraba (según el flyer) pero tras saludar a Vladimir, que andaba por allí, me dijo que hubo un cambio de horario y que el jefe de Dirty Bird pinchaba a las 18:00. Todo a pedir de boca porque aunque tuve que sacrificar a Superpitcher, luego podría ver a Maxime Dangles y el cierre de Michael Mayer en la main room

El set de Oliver $ me pareció muy dinámico y la verdad que al tío se le veía muy motivado. Ritmos agiles y 100% bailables para una sala a medio llenar. Tras él, hizo acto de presencia Claude VonStroke. El de San Francisco derrochó simpatía y buen rollismo desde el principio, incluso antes de pinchar se sacó un foto con mi sombrero. Muy majete. Se puso a los platos y no dio tregua. En primera fila disfruté como un enano de su música, bueno yo y ya una sala llena de gente pero con espacio suficiente para moverte sin empujar al de al lado. Una gozada. Después de su set accedió junto a Oliver $ a sacarse fotos con nosotros fuera de cabina.

Como las imágenes valen más que las palabras aquí dejo documentos audiovisuales

Oliver Dollar y Vonstroke poniendo su hit

"Yo, Claudio"

Awesome!!

A Superpitcher no pude verlo ni un poquito pero cuentan las crónicas que fueron 3 horas para enmarcar. A las pruebas me remito

Cierre con clásicazo

Bueno, llegó el momento de ir a la main room, todo lleno pero se podía estar sin agobios. Cuando cogimos posiciones comenzó Maxime Dangles su Live y fue espectacular, sin ninguna duda el más contundente de todos los artistas que escuche. Me encantan sus producciones y me maravilló su live.

Y por fin llegó el capo de Kompakt. El señor Michael Mayer se puso el traje de maestro para conducirnos por un techno elegante, con melodías, a veces parecía house otras veces trance… temas con bajones caracteristicos del sello de Colonia. Me quedo con uno de los últimos temas que puso que literalmente me hacía volar y luego querer dar todo. Como rompía!!!

Que alguien me diga el nombre de esto!!!

A las 12 en punto de la noche se cerró el telón y salimos más contentos que unas castañuelas por todo lo vivido. Mi amigo Edu, que al igual que yo tenemos unas cuantas fiestas de estas a nuestras espaldas, resumió perfectamente el sentir con la frase: “¿A quién tengo que tirarle 35 euros a la cara para tener otra fiesta como esta?”