martes, 3 de mayo de 2011

Aprovechando que hoy es el día de Libertad de Prensa...

...voy a rescatar una pequeña reflexión que escribí hace un año para una práctica de Periodismo. Es un comentario del primer capítulo del libro "Los cínicos no sirven para este oficio" de Ryszard Kapuscinsky. Y que en cierta parte refleja mi visión sobre la profesión:

"El libro del periodista polaco se basa en una conferencia que ofreció en Italia donde examina la profesión periodística en base a unas preguntas de su interlocutora y del público.

Lo destacable es que para Kapuscinsky el periodismo es una profesión altamente vocacional y para la que no todos sirven. No es una profesión al uso. Uno es periodista durante 24 horas al día durante todos los días del año. Si bien es cierto que establece dos niveles donde una parte de la profesión es mecánica y artesanal como un oficio cualquiera donde da cabida al 90% de los periodistas también da por su puesto un nivel creativo que hace al periodista que escribe único en su forma de ver, describir y opinar sobre la realidad, así como aportar ambiciones personales para introducir un intento de transformación. Desde este punto de vista nos preguntamos hasta que punto podría considerarse el periodismo como un arte. Un artista necesita formación, vocación y talento para hacer llegar su mensaje u obra a un público ¿el buen periodista no busca lo mismo?

Para todo esto el periodista no debe acomodarse y ser pasivo. El periodismo es una actividad que se hace desde la acción investigadora del mundo que nos rodea para luego describirlo lo más fielmente posible. Todo ello dentro desde una honestidad subjetiva que es intrínseca no sólo al periodista sino a todo ser humano. Hay que partir de la base que la objetividad no existe. El estudio y la actualización es la condición que debe hacer del periodismo algo profundo y dinámico. Quizá tanto esfuerzo, conjugado con la precariedad laboral de la profesión, hace que al periodista le falte compromiso y siga las pautas de lo establecido. O peor aún, que su frustración haga que abandone el barco de realizar información. Un problema actual del periodismo es, según Kapuscinsky, la división entre dos tipos de categorías los periodistas en sí y los directores de los medios que actualmente no tienen ningún tipo de formación periodística, simplemente son gestores de empresas que quieren obtener el mayor beneficio económico de su negocio: El tráfico y difusión de información.

Para un buen director el verdadero periodismo es el intencional, más allá de la cantidad de intereses políticos-económicos que puedan manipular la información, el que intenta provocar un cambio fijando un objetivo. El buen periodista es aquel que sabe explotar el potencial de sus fuentes. La principal fuente son las personas y el periodista deberá ser lo más empático posible para obtener la mayor información posible en el tiempo de que disponga. La empatía con las personas, lugares y entorno (lo que denomina impodonderabilia) hace que la profesión tenga un carácter intuitivo. A pesar de problemas como las distintas lenguas o idiomas, sin buena intuición no se obtendrá una información satisfactoria.

El poder del periodismo reside en que es el instrumento con el que crear una opinión pública. El problema de los grandes grupos de comunicación no es el de ofrecer una imagen del mundo sino no ser desbancados por la competencia y cumplir con quienes les sufragan (al final todo es un negocio). El resultado de esto es que la información se convierta en algo homogéneo. Con ello la opinión pública puede estar altamente manipulada al dejar de ofrecer la otra cara de la realidad. La que directamente se oculta por los mass-media o aquella que no interesa denunciar y mostrar porque en el mercado no vende. Para ello hace falta un tipo de periodismo comprometido que no solo describa situaciones sino que aporte soluciones, en definitiva, la esencia del periodismo social y de servicio."

A lo que añado: hoy es el día de todos los estudiantes, profesores, colegas, becarios y parados que buscamos nuestro sitio en un sector profesional díficil pero que amamos. Que nadie nos calle. Ni siquiera nosotros mismos. Nuestra arma es la palabra, nuestra munición la integridad y la pasión.